Dunha entrevista a Jon Sobrino:
– Viene y va, de Europa a
C e n t roamérica, de Bilbao a San
Salvador. ¿Cómo nos ve, cómo
nos siente?
–En la península Ibérica noto
un buen vivir, un buen pasar vacaciones.
Pero ¿nos preguntamos
si es normal que mientras aquí vivimos
bien, sea normal que en
África haya muertes y tragedias?
Si eso se ha normalizado, si eso
es lo normal, constato que el
mundo va a la debacle porque a
nosotros, europeos, nos parece
normal.
–Las diferencias entre África
y Europa parecen insalvables.
¿Qué pueden hacer los europeos
y europeas?
–Cambiar la mirada. Lo tenemos
delante de los ojos y no lo
vemos. Los grandes teóricos y
amigos míos que he conocido,
como Ellacuría, decían que hay
que revertir la Historia. Todos
quieren ganar cuatro “óscar” en
lugar de dos. Pues yo quiero ganar
menos. Algo de eso. El padre
Arrupe quiso dar un vuelco a la
situación. Porque a mí me da
miedo ese lenguaje de “vamos a
mejorar las cosas”, “vamos a superar
limitaciones”. [...]
–Usted defiende otro modelo
de sociedad, otro mundo.
–Ellacuría ya decía hace 18
años que “estamos en una sociedad
gravemente enferma”, a pesar
de Internet, a pesar del I+D,
“y eso es producto de que es una
sociedad que da prioridad a producir
capital, a acumular capital”.
Y Ellacuría añadía que “a eso
hay que darle la vuelta”. Ahora la
gente protesta porque el AVE está
en aquella ciudad y no en la mía.
Sí es comprensible. Pero necesitamos
una sociedad en la que el
motor de la historia no sea el capital,
en la que el sentido de la
historia sea el trabajo y vivir en
austeridad para que podamos ser
solidarios. No da para todos, así
que austeridad. Y esa solidaridad
nos traerá gozo. Debemos intentar
ser radicalmente distintos.
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